lunes, 14 de octubre de 2024

Un viaje a Sudamérica

 

Víctor Cardona Galindo 

Cuando íbamos rumbo a Mendoza Argentina, volamos por Aeroméxico la verdad yo sentí que el avión se iba a despedazar al despegar. Esa línea nos llevó hasta Perú.  

En Lima nos hospedamos en el Hostal Víctor Airport Hostel, ubicado en Manuel Matos 325 en la demarcación de San Martín de Porres.

En Perú todo es bien barato, encontramos comida de un sol, lo de cinco pesos mexicanos. Es una delicia probar el mole amarillo y una inca kola. En el centro de Lima está el museo de la comida peruana, donde puedes ver todos los alimentos que Perú aportó al mundo. A un costado están los restaurantes que venden la comida típica. Muy delicioso todo.

En el centro la comida china es muy barata. Dimos una vuelta por Miraflores que es la zona turística de Lima Perú. Vimos una figura de broce del escritor Ricardo Palma sentado en una banca. Fue muy emocionante caminar por Miraflores. Lo malo es que nada más estuvimos un día, al siguiente volamos en LAN rumbo a Chile.

En Santiago de Chile comimos en Nuria. El hotel en que llegamos está en Agustinas 681. Un taxi cobraba 15 mil pesos. Con siete mil pesos chilenos comían dos.

El Mote con huesillo es una bebida tradicional chilena sin alcohol. Se puede probar al subir el cerro de Santa Lucía. Entre pimientos y eucaliptos está la plaza del conquistador Pedro de Valdivia.

El 18 de marzo de 2013 estuvimos, la doctora Judith y yo, en el cerro de San Cristóbal escuchando canciones de Piero, en el santuario de la Inmaculada Concepción. En las escaleras de Vicuña con Santiago atrás.

“Juan boliche, Juan Boliche va”, se escucha en el pequeño sonido de una palomero italiano feliz. De padres italianos.

Pio Nono es una calle de plátanos. En ella está la facultad de derecho y otras universidades. Venden, como en todo Santiago, jugos de chirimoyas y frambuesa. Venden unas cervezotas de un litro. Son como nuestras caguamas pero largas. Santiago se da un parecido a Roma, con menos ruinas, claro.

En el restaurante de Nuria que está en Agustinas almorcé un “pollo a lo pobre”. Es un platillo de pollos con papas y cebolla. Me llené demasiado eran las siete de la tarde y todavía no me daba hambre. Los chilenos usan términos como “enenantes”, que nosotros ya dejamos de usar desde hace tiempo. Todavía resiste aquí el español viejo.

Fuimos al museo de la solidaridad “Salvador Allende” pero estaba cerrado. Peumo es un árbol chileno.

Fuimos a tomar café a la casa que fue de Pablo Neruda, ahí probé por primera vez la stevia como sustituto de azúcar. Chascona quiere decir despeinada. Así le decía Neruda a Matilda su última mujer, por eso la casa se llama La Chascona.

En el camino a Mendoza, el Caracol es una inmensidad de curvas para subir al Aconcagua. Habíamos querido atravesar Los Andes de día, pero estaban reparando El Caracol y había un solo carril. Por la mañana entraban los automóviles a Santiago y por la noche salían. Por eso, camino a Mendoza me la pasé viendo siluetas de cerros y una inmensidad de estrellas. Los tres reyes brillaban majestuosos al costado izquierdo y parecían escapar de las puntas de los cerros.

El camino de Santiago de Chile a Mendoza Argentina es largo. En la frontera hace mucho frío y con ese frío hay que checar el visado; luego emprender el camino hasta llegar a la planicie argentina donde está Mendoza.

Los de la casa de cambio chilena en la Estación Central son honestos. Me cambiaron mis pesos mexicanos por argentinos. Llegando a Mendoza chequé en internet y no me hicieron transa, a pesar de que fue obvio mi ignorancia en este tipo de transacciones.

En Chile uno come sin placer la comida es insípida, sin chile. A mí me gusta el palmito, pero ya en una ensalada chilena no me supo bien. En el restaurante Nuria pedí café y me llevaron agua caliente y un sobrecito para Nescafé.

El pollo a lo pobre y el salmón a lo pobre, llenan pero no son sabrosos. Con un “pollo a lo pobre” que es un pollo rostizado, con papas, cebolla y dos huevos estrellados, no me dio hambre en todo el día. Creo que aquí lo mejor son las pastas, la comida italiana. En Mendoza Argentina una carne a la cazuela ya es otra cosa. Ahí se come rico.

Frente a la facultad de filosofía de la Universidad del Cuyo cantaba un “pitojuan” así se conoce a allá a nuestros luises.  Cantaba debajo de los plátanos o carolinos, pimientos, álamos blancos, moras, eucaliptos y paraísos. También existen unas avecillas que cantan igual a los luisillos que le llaman zorzal gato.

La Heras, donde comimos asado en Mendoza, le pareció a Judith la calle de Reichemberger strasse de Berlín.

El 22 de marzo 2013 en Mendoza los luisillos cantaban alegres todo el tiempo en el parque de San Martín: Cerca del lago, del viento que suena las hojas de los árboles. Cerca de las palomas que pasan volando rápido en busca de comida. Cerca de los corredores y remeros. Los luises son los dueños de aquí.

Volamos de Mendoza a Buenos Aires, en un avión azul con blanco de Aerolíneas Argentinas. Buenos Aires me pareció una ciudad vieja y sucia. Llegamos el 24 de marzo, a 37 años del golpe de estado que instauró la última dictadura. Presenciamos una grandísima marcha. Los grupos democráticos toman todos los años la avenida de mayo.

En Buenos Aires visitamos las instalaciones de lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) donde nos explicaron que en los años de represión la doctrina era fundamental. Ésta estaba basada en la guerra moderna surgida en Francia, en la doctrina de Seguridad Nacional y en doctrina hemisférica emprendida por Estados Unidos. La doctrina de seguridad nacional se formó en la escuela de la Américas en Panamá. Los militares argentinos se amparan en el pacto de silencio. Igual que los militares mexicanos que participaron en la represión en la década de los setentas que desparecieron a muchos de nuestros compatriotas.

La ESMA funcionó con un Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio. Había un grupo de tarea que tenía un área de inteligencia encargada de torturar y de procesar la información, un área operativa que secuestraba y un área de logística que proveía todo, armas, dinero y vehículos. El Tigre Acosta era gente de Macera. Tenían los presos en la capucha del edificio donde la radio estaba prendida las 24 horas del día. Eran muy duras las torturas.

La Florida y La Valle son dos calles peatonales en Buenos Aires.

Después de acudir a varios lugares para conocer más sobre el terrorismo de Estado no subimos a un avión de American Airlines que nos trajo a Perú, era un avión grande que iba hasta Nueva York, había sobrecargos hombres, fuertes y fornidos que parecían militares. Tal vez el avión estaba custodiado por que iba a Estados Unidos. Nosotros nos bajamos en Lima Perú, para abordar Aeroméxico de regreso a casa. No quisimos pasar las horas de espera dentro del Aeropuerto, así que salimos a caminar por la ciudad. De regreso la policía de Aduana por poco nos hace el Papanicolaou. Nos pasaron por todas las revisiones, incluyendo una maquina donde se veía el esqueleto. Después de casi una hora de revisiones nos dejaron venir.

 

jueves, 10 de octubre de 2024

 El Triángulo de las Bermudas

 Víctor Cardona Galindo

En el fondo del corralón quedó el Triángulo de las Bermudas. Un neón modelo 95 verde claro con franjas moradas. Era un carro en el que se movía personal de Inteligencia Militar. El agente de gobernación Jesús Ríos, “El Fantomas”, lo bautizó como El Triángulo de Las Bermudas, “al que suben a ese carro ya no baja”, decía. En los círculos policiacos se decía que “los guachos” utilizaban ese carro para desaparecer gente.

Esa vez, al ser conducido con exceso de velocidad el Triángulo de las Bermudas se impactó contra un taxi del sitio Juárez y causó la muerte de la estudiante Nélida Hernández Hernández, de 15 años, originaria de la comunidad de Corral Falso  y dejó heridas a dos personas más. En el vehículo viajaban dos agentes de Inteligencia adscritos a la 27 Zona Militar.

El percance ocurrió el jueves 25 de marzo de 1999, a las 7 de la mañana, cuando Nélida Hernández Hernández, estudiante del Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios (CBTIS), se bajó del taxi número 24 del sitio Juárez de San Jerónimo frente a su escuela. En el momento pagaba su pasaje, el coche Neón 95 color verde con franjas moradas, placas 23HCV del Distrito Federal conducido por Bernardo Reyes Salas, se estrelló contra el taxi.

Al impacto, el taxi salió de la carretera y arrastró a la jovencita que murió en ese momento. Los dos militares, vestidos de civil, se dieron a la fuga rumbo a la colonia Lomas del Sur, hasta donde los alcanzó la Policía Preventiva al mando del comandante Neftalí Ponce Vélez.

Además de la estudiante muerta, en el taxi destrozado, quedaron dos mujeres heridas: Araceli Rendón Guzmán, lesionada de gravedad, tuvo que ser internada de urgencia en el hospital general, mientras que Rosa Rodríguez de Zamora resultó solamente golpeada.

A las 10 de la mañana más de 300 personas, entre estudiantes, maestros y padres de familia, encabezados por el director del CBTIS, Efraín Garibo Pino, se manifestaron frente al Ayuntamiento para exigir al presidente municipal Javier Galeana Cadena tomara medidas para evitar que se siguieran dando este tipo de accidentes frente a las instalaciones del CBTIS. Antes ya se habían producido percances menores. Ese jueves y el viernes se suspendieron las clases para acompañar a la familia, de la fallecida, en el velorio y en el sepelio.

El agente de Inteligencia Militar Bernardo Reyes Salas fue enviado al Centro de Readaptación Social de Tecpan de Galeana, mientras frente al CBTIS comenzaron las labores para la construcción de un paradero del transporte colectivo.

El titular de la Agencia del Ministerio Público de Atoyac, Ernesto Jacobo García, puso a disposición del juez de primera instancia del ramo penal Leoncio Molina Mercado al militar Bernardo Reyes Salas el sábado 27 de marzo.  Mientras que el otro agente de información de la 27 Zona Militar, Oscar Martínez Herrera quedó en libertad bajo las reservas de ley, toda vez que se comprobó que el que manejaba el vehículo Neón 95 con placas 234HCV del Distrito Federal era Bernardo Reyes, quien al momento de ser detenido por la Policía Preventiva dio un nombre falso, dijo llamarse Fernando Solís Osuna.

Ese vehículo conocido como el Triángulo de las Bermudas se les veía por todas partes manejado por militares encubiertos. Se le veía entrar y salir de las instalaciones de la zona militar. El día que ocurrió la masacre en El Charco anduvo circulando por las calles de la ciudad a toda velocidad. Algo buscaba.

Después del accidente las autoridades civiles mandaron al Neón al corralón de San Jerónimo de Juárez. Nadie lo reclamó y quedó en el olvido. Mientras la jovencita muerta se convirtió en leyenda.

Se cuenta que en ocasiones, frente al CBTIS, una jovencita con uniforme de estudiante pide viajes a los taxistas de San Jerónimo. La llevan a su casa a Corral Falso y se baja sin pagarles. Cuando llaman a la casa para cobrar el servicio, es cuando se enteran que se trata de aquella jovencita que falleció, aquella mañana, con el uniforme puesto.

 

viernes, 22 de marzo de 2024

CARMELO CORTÉS CASTRO

 

Víctor Cardona Galindo

Fue originario de la comunidad denominada El Rincón de las Parotas municipio de Atoyac de Álvarez, nació el 16 de julio de 1948. Hijo Juan Cortés Morales Cuyuco, Aurelia Castro Millán. De niño caminaba todos los días, alrededor de ocho kilómetros, desde el Rincón de las Parotas, para asistir a la primaria “Modesto Alarcón” ubicada en la cabecera municipal. Sus compañeros de aula lo recuerdan por su capacidad tan analítica de preguntar. Hacía preguntas que muchas veces metía en aprietos a sus maestros.



Al terminar la primaria, continuó sus estudios en el internado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, ubicado en las afueras de la ciudad de Tixtla Guerrero, donde ingresó en 1962 para cursar la secundaria. En ciclo escolar 1964-1965 fue miembro del comité nacional de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).

Concluida la secundaria, salió del internado para continuar sus estudios en la Universidad Autónoma de Guerrero, en la preparatoria número Uno, de Chilpancingo, quería ser abogado. Ahí hizo contacto con miembros del Partido Comunista Mexicano y su filial, la Juventud Comunista a la que ingresó en 1966, en esta militaban los jóvenes: Pablo Sandoval Ramírez, Pedro Helguera Jiménez, Virgilio de la Cruz Hernández y los hermanos César y Serafín Núñez Ramos. La relación con gente de izquierda le abrió el camino al estudio del marxismo, y se convirtió en un estudioso de esta ciencia.

En octubre de 1966, Carmelo participó en la toma del edifico docente de la Universidad. Como estudiante de la preparatoria Uno enfrentó al rector de la UAG Virgilio Gómez Moharro en su pretensión de reelegirse en el cargo, lo que originó un gran movimiento estudiantil y popular que desembocó en una huelga general, primera que registra esa casa de estudios después de obtener su autonomía en 1963. El cardiólogo Gómez Moharro tuvo que renunciar al cargo en 1966. Por esos acontecimientos, el Consejo Universitario, enjuició a 47 universitarios, académicos, administrativos y estudiantes; entre estos últimos a Carmelo.

El 23 de marzo de 1967, concluyó el juicio y se dictaminó la expulsión definitiva de todos ellos, con una diferencia, en el caso de Carmelo había una nota especial con la leyenda: “sin ningún derecho a revisión”. Así quedaron truncados los sueños de quien aspiró a estudiar la carrera de abogado.

Después de ser expulsado, participó de manera activa en distintos movimientos sociales; en La Marcha por la libertad, programada para caminar de Dolores Hidalgo a Morelia en pro de la libertad de Rafael Aguilar Talamantes y fue delegado por Guerrero para apoyar al movimiento estudiantil de la ciudad de México en 1968.

En 1969, el Partido Comunista Mexicano lo envió a la escuela de cuadros en la URSS de donde regresó en 1970. Allá conoció a luchadores sociales de Centro y Sudamérica, que con los años se convertirían en dirigentes importantes de la insurgencia guerrillera de Latinoamérica.

A principios de 1970, se incorporó al Partido de los Pobres, estuvo en la sierra hasta que fue detenido en Atoyac de Álvarez el 19 de noviembre de 1971, junto con Carlos Ceballos Loya y Gabriel Barrientos Reyes. Fue llevado, junto a sus compañeros al Campo Militar número Uno y luego regresado a Guerrero para ser recluido en la penitenciaría de Chilpancingo de donde se fugó el 20 de agosto de 1972, junto a Carlos Ceballos Loya, con quien regresó al Partido de los pobres.

En los primeros meses de 1973, quedó como responsable de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Pdlp, al salir Lucio a la ciudad de México, para atenderse de una enfermedad, por ese tiempo se redactó un nuevo ideario del Pdlp, el segundo que se conoció, mismo que fue publicado por la revista ¿Por qué? Esta iniciativa le costó perder la confianza de Lucio y otros, lo que le valió la sanción, dictada en mayo de 1973, por ocho meses fuera de la brigada, aunque oficialmente se argumentó cuestiones de “moralidad”.

El 8 diciembre de 1973, fundó junto con otros jóvenes el grupo urbano denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias, que pretendía estrechar lazos de colaboración con el Pdlp, pero el rechazo de Lucio terminó con esa posibilidad en enero de 1974.

Después de muchas acciones revolucionarias, el 25 de julio de 1975 dirigió y participó en persona la expropiación del Banco Nacional de México, sucursal la Selva, de Cuernavaca Morelos. En esta acción resultaron dos policías muertos. La persecución continuó hasta las afueras de la ciudad, donde los perseguidos se vieron forzados a pararse y enfrentar a sus perseguidores; el saldo fue de un subjefe policiaco muerto y un agente herido. El monto de lo expropiado fue de más de dos millones de pesos, de los cuales la policía recuperó ochocientos mil la madrugada del siguiente día, cuando cayeron prisioneros algunos participantes en el asalto.

La policía sitió a Carmelo en el cerro de las Tetillas, pero logró escapar y llegó a la ciudad de México sin ninguna herida.

De su caída hay varias versiones. El parte oficial sostiene que el 31 de agosto de 1975 en la madrugada fue detectado un Volkswagen donde viajaban tres sujetos, uno de ellos era Carmelo, quienes al verse descubiertos huyeron y fueron perseguidos hasta que se enfrentaron en las calles de Presa San Martín y Presa Cointzio donde fueron abatidos por el enemigo. El 2 de septiembre de 1975, el periódico La Prensa publicó que el guerrillero muerto junto a Carmelo Cortés fue identificado y se llamaba Daniel Flores.

 

Al Atoyac

 

Ignacio Manuel Altamirano

 

     Abrase el sol de julio las playas arenosas

que azota con sus tumbos  embravecido el mar,

y opongan en su lucha, las aguas orgullosas,

al encendido rayo, su ronco rebramar.

 


     Tú corres blandamente bajo la fresca sombra

que el mangle con sus ramas espesas te formó:

y duermes tus remansos en la mullida alfombra

que dulce primavera de flores matizó.

 

     Tú juegas en las grutas que forman tus riberas

de ceibas y parotas el bosque colosal:

y plácido murmuras al pie de las palmeras

que esbeltas se retratan en tu onda de cristal.

 

   En este edén divino, que esconde aquí la costa,

el sol ya no penetra con rayo abrasador;

su luz, cayendo tibia, los árboles no agosta,

y en tu enramada espesa, se tiñe de verdor.

 

  Aquí solo se escuchan murmullos mil suaves,

el blando son que forman tus linfas al correr,

la planta cuando crece, y el canto de las aves,

y el aura que suspira, las ramas al mecer.

 

  Osténtanse las flores que cuelgan  de tu techo

en mil y mil guirnaldas para adornar tu sien:

y el gigantesco loto, que brota de tu lecho,

con frescos ramilletes inclínase también.

 

     Se dobla en tus orillas, cimbrándose, el papayo,

el mango con sus pomas de oro y de carmín;

y en los ilamos saltan, gozoso el papagayo,

el ronco carpintero y el dulce colorín.

 

    A veces tus cristales se apartan bulliciosos

de que morenas ninfas, jugando en derredor:

y amante las prodigas abrazos misteriosos

y lánguido recibes sus ósculos de amor.

 

    Y cuando el sol se oculta detrás de los palmares,

y en su salvaje templo comienza a oscurecer,

del ave te saludan los últimos cantares

que lleva de los vientos el vuelo postrimer.

 

     La noche viene tibia; se cuelga ya brillando

la blanca luna, en medio de un cielo de zafir,

y todo allá en los bosques se encoge y va callado,

y todo en tus riberas empieza ya ha dormir.

 

     Entonces en tu lecho de arena, aletargado

cubriéndote las palmas con lúgubre capuz,

también te vas durmiendo, apenas alumbrado

del astro de la noche por la argentada luz.

 

     Y así resbalas muelle; ni turban tu reposo

del remo de las barcas el tímido rumor,

ni el repentino brinco del pez que huye medroso

en busca de las peñas que esquiva el pescador.

 

     Ni el silbo de los grillos que se alza en los esteros,

ni el ronco que a los aires los caracoles dan,

ni el huaco vigilante que en gritos lastimeros

inquieta entre los juncos el sueño del caimán.

 

     En tanto los cocuyos en polvo refulgente

salpican los umbrosos yerbajes del huamil,

y las oscuras malvas del algodón naciente

que crece de las cañas de maíz, entre el carril.

 

     Y en tanto en la cabaña, la joven que se mece

 en la ligera hamaca y en lánguido vaivén,

arrúllase cantado la zamba que entristece,

mezclando con las torvas el suspirar también.

 

     Más de repente, al aire suenan los bordones

del arpa de la costa con incitante son,

y agítanse y preludian la flor de las canciones,

la dulce malagueña que alegra el corazón.

 

     Entonces, de los barrios la turba placentera

en pos del arpa el bosque comienza a recorrer,

 y todo en breve es fiestas y danza en tu ribera,

y toda amor y cantos y risas y placer.

 

     Así transcurren breves y sin sentir las horas:

y de tus blandos sueños en medio del sopor

escuchas a tus hijas, morenas seductoras,

que entonan a la luna, sus cántigas de amor.

 

     Las aves en sus nidos, de dicha se estremecen,

los floripondios se abren su esencia a derramar;

los céfiros despiertan y suspirar parecen;

Tus aguas en el álveo se sienten palpitar.

 

     ¡Ay! ¿Quién, en estas horas, en que el insomnio ardiente

aviva los recuerdos del eclipsado bien,

no busca el blando seno de la querida ausente

para posar los labios y reclinar la sien?

 

     Las palmas se entrelazan, la luz en sus caricias

destierra de tu lecho la triste oscuridad:

las flores a las auras inundan de delicias...

y solo el alma siente su triste soledad.

 

    Adiós, callado río: tus verdes y risueñas

orillas no entristezcan las quejas del pesar;

que oírlas solo deben las solitarias peñas

que azota, con sus tumbos, embravecido el mar.

 

    Tú queda reflejando la luna en tus cristales,

que pasan en tus bordes tupidos a mecer

los verdes ahuejotes y azules carrizales,

que al sueño ya rendidos volviéronse a caer.

 

     Tú corre blandamente bajo la fresa sombra

que el mangle con sus ramas espesas te formó;

y que duerman tus remanso en la mullida alfombra

que alegre primavera de flores matizó.

 

Rimas, julio de 1864