Víctor Cardona Galindo
Si las elecciones del 7 de febrero de 1999 hubieran sido
limpias el PRD y su candidato a gobernador Félix Salgado Macedonio, abrían
ganado de manera abrumadora. Pero surgieron las despensas, las láminas de
cartón, los desayunos y el cemento que fueron utilizados para comprar votos,
incluso en pueblos pequeños los caciques priistas mataron reses y marranos para
regalar la carne el día de la elección. Con todas estas triquiñuelas llegó a la
gubernatura René Juárez Cisneros.
La violencia siempre presente en las elecciones. El lunes 8
de febrero, a las 9 de la noche, en la colonia Miranda Fonseca fue muerto de
una cuchillada el militante del PRI, José Luis Reveles, por el perredista
Honorio Castrejón Padilla, cuando discutían asuntos relacionados con las
elecciones.
Según información de habitantes de la colonia Miranda
Fonseca, en la calle estaba un grupo de perredistas, comentando asuntos de la
contienda, cuando llegó José Luis Reveles quien acababa de salir de una cantina
en estado de ebriedad. Releves se dirigió hacia ellos y diciéndoles “Figueroa
es el padre de todos”, que ya habían matado 17 perredistas en Aguas Blancas y
que iban a matar otros más y a empezar con ellos, agarró el puñal que llevaba
en la cintura y le pegó una bofetada a Honorio Castrejón, quien lo desarmó y
con el mismo puñal le pegó en la boca del estómago. Murió ahí mismo.
José Luis Reveles era originario de Chiapas, tenía ya
muchos años viviendo en esa comunidad, donde se convirtió en militante del PRI.
Las cosas en Atoyac estaban calientes. Estaba reciente el
enfrentamiento el ataque del Ejército Popular Revolucionarios (EPR) a la policía
motorizada en San Juan de las Flores. En ese contexto se vino el movimiento
poselectoral, Félix Salgado comenzó a organizar el llamado Éxodo por la democracia, y acompañado de más de mil personas el ex
candidato perredista realizó una marcha por la calle principal de esta ciudad
que culminó con un mitin en el Zócalo, donde los asistentes externaron su
entusiasmo ante la propuesta de marchar a la Ciudad de México.
Los perredistas de la parte baja del municipio comenzaron a
llegar desde las dos de la tarde al lugar llamado el Arroyo Ancho, en la
entrada de Atoyac, mientras Salgado Macedonio se encontraba en una entrevista
en la estación de radio local, en el programa Los diálogos en público que conducía Javier Saldierna Berdeja.
Los que llegaron de la sierra esperaron el arribo de la
marcha al Zócalo. En el mitin Mario Valdez Lucena recordó que el candidato del
PRI René Juárez bajó de la sierra a inocentes campesinos para que fueran
golpeados por la gente de Añorve, cuando estaban en la contienda interna por la
gubernatura.
El dirigente José Gómez dijo que, en la colonia 18 de mayo,
la delegada Esperanza Félix repartió despensas a cambio de la credencial de
elector y que el alcalde Javier Galeana Cadena se presentó a la comunidad de La
Zuzuca con un cheque para la compra del terreno para la cancha de futbol, y
repartió ollas y tacos de carnitas, todo encaminado para inducir el voto para
el PRI.
En este mitin la gente festejó cada una de las palabras del
ex candidato perredista a la gubernatura, cuando les decía que llevaran a la
marcha unos zapatos grandes para apantallar, “una cobija vieja y una nueva,
para poner la nueva abajo y la vieja arriba”, todo mundo aplaudía esa
ocurrencia y se comprometía a participar en la marcha a la Ciudad de México.
El gobernador Ángel Aguirre Rivero visitó esta ciudad, el 7
de marzo, al terminar una gira que duró tres días por la Costa Grande, dijo, a
tres semanas de que dejara el cargo y ante la incriminación que públicamente le
hizo el senador perredista Félix Salgado Macedonio en el crimen de Aurelio
Peñaloza, que se iba con la conciencia tranquila porque no se llevaba las manos
manchadas de sangre.
Ese mismo día en Chilpancingo inició con más de 15 mil
personas, el Éxodo por la democracia
que asemejaba una gran serpiente humada, escribió Hugo Pacheco León.
El 15 de marzo estuvo de visita en Atoyac el presidente del
PRI estatal Héctor Astudillo Flores, en reunión con alrededor de unos 150
miembros de su partido de Atoyac, San Jerónimo y Tecpan llamó a la unidad y
pidió que cuando menos unos 30 mil priistas estuvieran en la toma de posesión
de René Juárez Cisneros, el primero de abril de ese año.
El Éxodo por la
democracia llegó el 16 de marzo a la ciudad de México y los perredistas
capitalinos y el gobierno del Distrito Federal hicieron suya la lucha de unos
10 mil guerrerenses de la coalición PRD-PT-PRT que exigían limpieza electoral y
no permitir que el caciquismo gobierne el estado de Guerrero.
El 17 se sumó a la caminata el presidente nacional de ese
partido Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que el gobierno federal
golpeaba con el fraude a la sociedad en su conjunto para desanimarla a luchar
por sus derechos. Externó que desde Los Pinos se conspiraba en contra de la
democracia. Por cierto el 13 de enero de 1999, López Obrador
había estado en Atoyac para apoyar la candidatura de Félix Salgado Macedonio.
Dijo en la radio que la principal cualidad de El Toro sin cerca era el arrojo.
De regreso de la Ciudad de México el consejo político del PRD se reunió
en Chilpancingo y acordó llamar a huelga de pagos para rechazar el gobierno de
René Juárez. Muchos dejaron de pagar la energía eléctrica, impuesto predial y
otras contribuciones municipales, estatales y federales.
Todavía no terminaban los ecos del proceso electoral pasado,
cuando ya se preparaba la arena para otro. Octavio Maya Suárez salió del PRI
para ponerse del lado de la sociedad civil, tras 25 de militancia, dijo que en
ese partido no había voluntad política, la democracia no se practicaba y las
decisiones eran por dedazo, que el partido se había apartado del principio
fundamental que era el bienestar del pueblo. Maya Suárez había aspirado tres
veces a la presidencia municipal de Atoyac y había sido delegado del PRI en la
Costa Grande.
Al mismo tiempo en el Ayuntamiento de Atoyac se vivían una
división interna. El síndico procurador, José Elías Salomón Radilla no le firmaba
la cuenta pública al alcalde Javier Galeana Cadena, y por presiones de los
grupos radicales del PRI, el secretario del ayuntamiento, Claudio Bernal
Castro, renunció sustituyéndolo en el cargo Marcelino Garibo Hernández.
Y la oposición acusaba a Javier Galeana Cadena de no tener
poder decisión y que “estaba secuestrado” por grupos caciquiles, como el de El
Ticuí que encabezaba el síndico José Elías Salomón Radilla, y el de Epifanio
Hernández Vélez de El Paraíso. “En el Ayuntamiento no hay poder de mando y de
decisión, la política municipal, se maneja desde el palacio de gobierno, el
presidente es un empleado más de la burocracia estatal”, decía Wilibaldo Rojas.
La división interna del Ayuntamiento se evidenció, a raíz
de la aparición de unas pintas en Atoyac y en Coyuca de Benítez, en las que se
vinculaba a la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) con el EPR.
La dirigente de esa agrupación Rocío Mesino Mesino responsabilizó al gobierno
del estado de esta “provocación” y dijo que el autor podría estar en la
administración municipal, porque no se prestó a una intriga en contra del
síndico procurador municipal. Porque funcionarios de la misma administración
municipal acusaron a Elías Salomón Radilla de estar atrás del asesinato del
líder perredista Oscar Rivera Leyva.
Elías Salomón era un político duro, de tipo policiaco y a
veces gansteril. Un día, estando Felipe Fierro y Olimpo Soberanis presentes, me
llamó porque quería le pasara información de lo que acontecía en las reuniones
del PRD. Le dije que no, porque ese no era mi trabajo y además que ya no me
invitaban a la reuniones del PRD desde que era reportero.
Elías Salomón Radilla, no toleraba la crítica, cuando este
cronista participaba en un programa de análisis político en el canal de cable
local, él pidió en cabildo que se cortara la publicidad a la empresa Cable costa
si no me corrían del canal, porque lo estaba “chingando” mucho. Un día muy
enojado me dijo que iba a correrme de El Ticuí. Un tiempo me consideró su
enemigo. Más tarde llegamos a ser amigos y me dijo que su animadversión hacia
mi persona era porque pensaba que estaba atrás del seudónimo Esteban Sierra Núñez que publicaba notas
en El Sol de Acapulco en su contra.
Le contesté que mis principios no me permitían escribir con seudónimo, pero
para entonces ya sabía que ese seudónimo correspondía a otro reportero.
Cuando
Acacio Castro Serrano era presidente municipal del PRI, fueron los mejores
tiempos de ese partido, se hablaba de más de 10 mil afiliados. Cuando Acacio
dejó la dirigencia para contender por la candidatura a la alcaldía, lo
sustituyó Marcelino Garibo Hernández. Mientras Germán Adame Bautista dejaba la
dirección de Obras Públicas también para buscar la nominación de su partido. Ya
estaba en la contienda el jefe de la jurisdicción sanitaria 05 Miguel Ángel
Ponce Jacinto, Ladislao Sotelo Bello y Marcial Rojas Reyes.
También
pidió licencia al congreso Elías Salomón Radilla para separarse de la
sindicatura y anotarse como suplente de Celestino Bailón Guerrero quien buscaba
la diputación local por cuarto distrito.
El
primero que dijo ésta boca es mía fue Ladislao Sotelo Bello quien en su destape
en la comunidad de El Ciruelar dijo que el alcalde Javier Galeana Cadena
cargaba a Germán Adame Bautista como niño, promoviéndolo con dinero de la
comuna municipal. Al final se supo que Ladislao declinó para apoyar a Acacio
Castro Serrano y Marcial Rojas se quedó en el camino. Solamente quedaron tres
priistas en la contienda interna.
Y el 6
de agosto los precandidatos a la presidencia municipal, por este municipio
cafetalero cerraron campaña, Germán Adame Bautista y Acacio Castro Serrano lo
hicieron el Zócalo, con música de viento y un sonido muy potente. Miguel Ángel
Ponce Jacinto hizo su cierre de campaña en un centro social.
Germán
Adame Bautista salió con un gran contingente que abarcaba de la tienda Electra
al Zócalo. Acacio Castro Serrano, llegó por el lado izquierdo del palacio
municipal, sus simpatizantes ya tenían llena la explanada principal del
municipio y con porras alegraron el evento. Los dos cierres fueron grandísimos,
muy coloridos y alegres.
Dos
días después el domingo 8 de agosto se dio la elección interna. Se registraron
incidentes en cinco comunidades, pero solamente en Río Santiago, Ciruelar y la
colonia Cuauhtémoc donde no se llevó a cabo la votación, y más de 500 priistas
cayeron a las oficinas del PRI ubicada en la calle Independencia y le exigieron
al presidente Marcelino Garibo y al responsable de la comisión electoral Ángel
Serrano Pérez que querían votar y se acordó que al día siguiente se repondría
la elección en sus comunidades.
En la casilla 645 de la parte alta de El Ticuí más de 100
personas se quedaron sin votar. Recién se había cambiado la zona militar a ese lugar
y muchos soldados habían cambiado de domicilio y eso no se consideró para
mandar más papeletas. En esa casilla, a las 11 de la mañana, se formó el
general Juan Alfredo Oropeza Garnica comandante de la 27 zona militar, pero no
alcanzó a votar porque se acabaron las papeletas. Parece que en El Paraíso,
donde vive la mayor parte de la familia de Adame Bautista, tampoco alcanzaron
las papeletas.
Finalmente en tres comunidades se suspendieron las votaciones
porque perredistas bien identificados estaban haciendo fila para votar, como
fue el caso de El Ciruelar y Río Santiago donde muchos consideraron a Germán
Adame un candidato de la sociedad civil. Al saberse que los resultados
favorecían al ingeniero Acacio Castro Serrano, a las 8 de la noche más de 500
priistas de las comunidades que no alcanzaron a votar tenían rodeada las
oficinas del partido, gritaban consignas y responsabilizaban a Elías Salomón de
un supuesto fraude en esa elección. Ya muy entrada la noche llegaron los
precandidatos Acacio Castro y Germán Adame entraron a las oficinas, se
reunieron a puerta cerrada con la Comisión Electoral y más tarde salieron muy
conformes. Germán habló con su gente y esa noche se retiraron de lugar.
Pero al día siguiente 9 de agosto de 1999, unos 200
priistas provenientes de El Paraíso, Río Santiago y la colonia 18 de mayo,
tomaron el Palacio Municipal a las 2 de la tarde y retuvieron en su interior a
los trabajadores y al síndico José Elías Salomón Radilla.
Encabezaron este movimiento
Lázaro Bautista Catalán, Mario García Marcelo, Ricardo Serna y Miguel Navarrete
Yánez. Los priistas dejaron libre al síndico hasta el siguiente día, por la
tarde, cuando se supo que ya Javier Galeana Cadena se había registrado como
suplente del candidato a diputado local Celestino Bailón Guerrero.
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