Víctor
Cardona Galindo
Esperamos que pronto llegue la justicia
en el caso Adela Rivas Obé.
Retomando el hilo de la entrega anterior, del
enfrentamiento entre priistas en Atoyac, los que estaban cerca oyeron a Rosendo
Rodríguez Serralde decir: “vamos a bajar a esa pinche vieja”, y entonces
ordenadamente jóvenes dispuestos arremetieron contra la ex alcaldesa de Tecpan
y se generalizó el enfrentamiento.
El final de la trifulca vino luego de que un hombre de
aspecto campesino fue rodeado por jóvenes de aspecto urbano, quienes lo
apalearon con brutalidad y lo dejaron tendido sobre un charco de sangre luego
de un sólido golpe en la cabeza. Al momento se acercaron algunos atoyaquenses para
reavivar a su compañero caído, lo levantaron con prisa pero con cuidado y allí
terminó la gresca.
Los añorvistas cantaron el “sí se puede” en son de
victoria, y se fueron a festejar junto con su jefe quien alzaba ambas manos y
hacía la V desde lo alto del escenario. Añorve fue el único precandidato que
permaneció observando el enfrentamiento.
Tras la batalla casi campal, quedaron tirados banderines
verdes y amarillos, con letras negras que decían Añorve, estaban hechos con
ramas de cacahuananche y de otros árboles muy resistentes. Quedó también la desesperación
porque algunas madres perdieron a sus hijos, y que al querer anunciar la
pérdida de los menores se encontraron con la noticia de que se habían robado el
micrófono. Después de media hora de que había ocurrido el enfrentamiento,
algunas personas que venían de fuera no encontraban a sus familiares.
Al hospital general de Atoyac llegaron tres heridos, todos
ellos habían ido a apoyar a René Juárez: Jorge Cebrero Luviano, a quien
golpearon en todo el cuerpo y le abrieron la cabeza. Ricardo Llánez Ocampo de
28 años, José Beatriz Llánez Mata de 30 años, quien resultó gravemente herido
y después fue trasladado al hospital
general de Acapulco. Ricardo y José Beatriz son campesinos humildes originarios
de la comunidad de San Andrés de la Cruz, de donde fueron traídos. Jorge
Cebrero es transportista y habitante de la cabecera municipal.
En el hospital general más tarde estuvo a punto de
provocarse otro zafarrancho, porque Armando Federico González coordinador de la
campaña de René Juárez Cisneros quiso entrar al hospital para ver a los heridos
y le dijeron que había “órdenes de arriba” para que nadie entrara. Armando
Federico pedía que dejaran entrar al abogado de René Juárez para que estuviera
presente en el momento en que los heridos declararan ante el agente del
Ministerio Público.
Desesperados los campesinos de San Andrés de la Cruz, que
se habían concentrado en el lugar, amenazaban con tirar la puerta que conduce a
la sala de urgencias porque la atención era lenta.
Uno de los heridos, Jorge Cebrero Luviano, abandonó el
hospital muy molesto, argumentando que no lo atendían, y le dijo a Armando
Federico que dentro del hospital estaban tratando a la gente con un “despotismo
despiadado”. Dijo que él se iba a una clínica particular para que lo curaran,
pero pidió que ayudaran a los campesinos de San Andrés porque “son gente muy
humilde, y no tienen quien vea por ellos”. Jorge Cebrero dijo ahí, que quiso
levantar a una mujer que cayó, cuando lo golpearon.
Manuel Añorve Baños fue entrevistado luego de haber abandonado
el recinto, e hizo responsable a Sandra Belkis del enfrentamiento. Dijo que se
caldearon los ánimos, y afirmó en todo momento que no traía grupos de choque. Agregó:
“Sandra Belkis provocó para que yo fuera agredido”, que fue Belkis la que
inició la violencia.
De los
hechos se levantó una averiguación previa, en la agencia del Ministerio Público
de Atoyac, pero nunca nadie piso la cárcel como responsable de los hechos. Finalmente
en las votaciones internas del 20 de septiembre de 1998 resultó ganador René
Juárez Cisneros.
En ese proceso interno la estructura renejuarista en Atoyac
estuvo encabezada, principalmente, por Isaías Eduardo y Abel Gómez Ozuna, así
como su primo Humberto Gómez Flores, mientras que todo el Ayuntamiento
municipal encabezado por el alcalde Javier Galeana Cadena y el síndico Elías
Salomón Radilla se fue a la cargada con Manuel Añorve Baños.
Revisando la nota que Maribel Gutiérrez y Hugo Pacheco
escribieron para La Jornada el proceso
priista estuvo plagado de múltiples irregularidades. Desde temprana hora se
escucharon las denuncias entre los operadores de campaña de Juárez Cisneros y
Añorve Baños. Entre las acusaciones se señalaron: acarreo de votantes,
inducción y compra del voto, entrega de cheques del Progresa y Procampo,
reparto de despensas y láminas de cartón. La particularidad de la jornada
electoral fue el número insuficiente de boletas electorales, que no permitió
sufragar a gran número de priistas.
Al inicio de la jornada electoral empezaron las
irregularidades, reportadas por representantes de los siete aspirantes, y
durante el día hubo escasa afluencia de simpatizantes y militantes priistas.
En principio, las mesas receptoras del voto se instalaron a
las ocho de la mañana, pese a que la convocatoria establecía a las diez, y en
las zonas urbanas se agotaron las boletas electorales. Por esa razón, en
diversas casillas del puerto de Acapulco se cerró la votación antes del
mediodía, y en la mayoría antes de las 17 horas, tiempo establecido para el
cierre.
Acarreo de votantes, reparto de despensas, cobijas y
material de construcción, compra de votos a 200 y 250 pesos; rasuramiento del padrón electoral y
doble padrón, inducción del voto y otras irregularidades fueron cometidas tanto
por los bandos de Añorve y Juárez Cisneros, según reportes de los municipios de
Acapulco, Quechultenango, Chilapa de Álvarez, Heliodoro Castillo, Tixtla,
Chilacachapa, Eduardo Neri, Ometepec, Leonardo Bravo y en las comunidades de
Atliaca y Chichihualco.
Las irregularidades fueron de tal envergadura que el
presidente municipal encargado del despacho de Acapulco, César Varela, declaró
antes de que se conocieran los resultados que “el proceso electoral está viciado
de origen y lleno de mala fe” para favorecer a Juárez Cisneros.
Porfirio Camarena Castro, desde la ciudad de Iguala,
molesto declaró que impugnaría los resultados de la elección, toda vez que fue rasurado el padrón electoral y hubo
compra del voto. En general consideró el proceso como “amañado y manipulado”. Florencio
Salazar denunció que la tinta utilizada no era indeleble y que en “algunas
casillas” hubo presión en contra de votantes y que faltaron boletas.
Adela Rivas Obé
Familiares de la doctora del IMSS, Adela Rivas Obé, asesinada el 22 de
septiembre de 2016 en Zihuatanejo, vienen reiterando su demanda de justicia y
piden que los jueces revisen bien las pruebas para la próxima audiencia que se llevará
a cabo el 7 de agosto para determinar la inocencia o culpabilidad del presunto
homicida.
El 27 de julio familiares y amigos de la doctora Adela,
oraron para exigir justicia y para pedir a Dios que el juez que lleva el caso
tenga mano firme y el crimen no quede en la impunidad.
Unos 30 ciudadanos hicieron un círculo en el Zócalo de Acapulco, se tomaron de las manos, mientras Bolívar Darío Rojas Rivas, hijo de Adela Rivas, pidió a Dios que los ayude porque sabe que es una causa justa. “no nos abandones Padre, ayúdanos a hacer justicia a nuestra mamá y protégenos”, pidió al creador, además de sabiduría “para que los jueces dicten sentencia en contra del detenido. No permitas que haya impunidad Señor y permite que se haga justicia aquí en la tierra como en el cielo”.
Unos 30 ciudadanos hicieron un círculo en el Zócalo de Acapulco, se tomaron de las manos, mientras Bolívar Darío Rojas Rivas, hijo de Adela Rivas, pidió a Dios que los ayude porque sabe que es una causa justa. “no nos abandones Padre, ayúdanos a hacer justicia a nuestra mamá y protégenos”, pidió al creador, además de sabiduría “para que los jueces dicten sentencia en contra del detenido. No permitas que haya impunidad Señor y permite que se haga justicia aquí en la tierra como en el cielo”.
Siguiendo con nuestro tema de las elecciones polémicas,
Adela Rivas Obé tuvo una participación destacada en las elecciones de 1996,
desde la instalación del plantón de perredistas en frente al Consejo Municipal
Electoral. En ese proceso electoral los perredistas colocaron dos diputadas
locales: María de la Luz Núñez Ramos que ganó las elecciones en el distrito IV
y Guadalupe Galeana Marín que llegó al Congreso por la vía plurinominal.
Después de la derrota sufrida en las urnas, el 6 de octubre
de 1996, se reavivó el conflicto interno del PRD, Decidor Silva Valle,
Francisco Téllez Chávez y la diputada local Guadalupe Galeana Marín pedían la
renuncia del presidente del comité municipal Mario Valdez Lucena y el 10 de
noviembre convocaron a una reunión para hacer un balance de las elecciones, de
unos 400 perredistas reunidos esa vez, la mitad apoyaron a Mario Valdez y al
abandonar la reunión se salieron con él.
Pero en la medida que se fueron realizando acciones de
lucha para rechazar el fraude electoral, se fueron limando asperezas, el 20 de
noviembre Los Barbones se instalaron
en huelga de hambre, que duró seis días, el sábado 23 unas 25 mujeres, entre
ellas Adela Rivas Obé, realizaron un ayuno de 24 horas. El 24 se realizó una
marcha por las principales calles de la ciudad, donde los manifestantes mostraron
cruces de madera en protesta por los perredistas caídos en el movimiento.
Para las elecciones de 1999 en que Félix Salgado Macedonio
enfrentó al priista René Juárez Cisneros, como representante de la coalición
PRD, PRT y PT el distrito IV, Adela Rivas Obé jugó un papel importante,
recuerdo que los primeros días de febrero de ese año firmó un documento donde
los perredistas exigían que no interviniera el Ejército y la policía del estado
en las elecciones. En esos días había patrullajes policiacos y retenes
militares en la sierra de Atoyac que intimidaban a los votantes para las
elecciones del 7 de febrero. Había una guerra sucia, circulaban volantes
apócrifos en contra de Félix Salgado Macedonio “bota al loco”, decía el
encabezado de un panfleto.
Había muchas triquiñuelas, todo el aparato del Estado a
favor del PRI. Adela como representante en Consejo Distrital denunció que
brigadas médicas auspiciadas por el PRI repartían medicamentos del sector salud
en El Paraíso. Uno de los trucos que en ese entonces el partido oficial usó,
fueron publicar fotos viejas de perredistas platicando con René Juárez, eso
pasó con Wilibaldo Rojas y la alcaldesa de San Jerónimo Estrella Marina del Río
Radilla, con eso el PRI jugaba con la endeble unidad interna del PRD.
Ese 7 de febrero en el distrito IV los priistas organizaron
desayunos para después llevar a votar a los asistentes, en algunos casos el resuramiento del padrón, falta de
funcionarios de casillas e inducción al voto. Las casillas de El Salto y San
Andrés de la Cruz fueron intercambiadas.
Adela Rivas Obé, manifestó que en San Jerónimo, en El
Arenal del Centro, hubo funcionarios a los que no se les entregaron sus
nombramientos y en Río Santiago Municipio de Atoyac, a Miguel Llánez tampoco se
le entregó su nombramiento como funcionario de casilla, y ese mismo problema se
había presentado en San Vicente de Benítez. Se detectó también falta de
capacitación de los funcionarios. En la cabecera municipal de San Jerónimo de Juárez, en la casilla 0763
básica, se pudo ver que Nelva Juárez Cebrero, presidenta de casilla, votó por
la señora Feliciana Bello. Ahí delante de todos tachó el logo del PRI y luego
devolvió la papeleta para que la señora la depositara en la urnas.
En La Zuzuca, la lideresa del PRI, Anita Longares, les pidió
la credencial de elector a varias personas para tramitarles la credencial de la
tercera edad y a la hora de las votaciones no se las había regresado.
A la hora del conteo a punto estuvo de presentarse la
violencia afuera del distrito electoral, la madrugada del lunes 8 de febrero,
debido a que las urnas de la comunidad de Pie de la Cuesta y Santo Domingo las
fueron a entregar personas que no eran funcionarios de casilla.
Cuando Evaristo Catalán Ocampo de Santo Domingo e Isaías
Guzmán Verónica de Pie de la Cuesta, intentaron ingresar a las instalaciones
del Consejo con las urnas bajo el brazo, como a las 12 de la noche, perredistas
congregados frente a las oficinas del distrito los rodearon. Los perredistas
comenzaron a gritar que esas urnas estaban embarazadas y que tenía votos de
más.
Uno de los líderes del PRD en San Jerónimo Francisco Zamora
Baez pedía que desnudaran a los portadores de las urnas. Fue necesaria la
intervención de la representante distrital del PRD, Adela Rivas Obé para calmar
los ánimos y las urnas pudieron ingresar a las instalaciones.
Los coordinadores electorales de la ruta Atoyac-Pie de la
Cuesta argumentaron que los funcionarios de casilla de Pie de la Cuesta y Santo
Domingo eran puras mujeres. Por eso es que las urnas fueron trasladadas por
voluntarios. Finalmente en ese distrito nunca apareció la urna de Papanoa cuyos
resultados favorecían al PRI.
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