Víctor Cardona Galindo
En 1998 el Partido Revolucionarios Institucional (PRI)
decidió realizar elecciones internas para elegir candidatos a gobernadores, en
Guerrero se presentaron al llamado René Juárez Cisneros, Manuel Anorve Baños
–apoyado por si tío el gobernador Ángel Aguirre Rivero- Florencio Salazar
Adame, Guadalupe Gómez Maganda, Porfirio Camarena Castro, Carlos Javier Vega
Memije y Miguel Osorio Marbán. El responsable del proceso interno fue el ex
gobernador Israel Nogueda Otero.
Juntos, los siete precandidatos recorrieron todo el estado
haciendo campaña, pero los ánimos se caldearon hasta que la bomba explotó en
Atoyac, donde cuando menos cinco heridos, uno de ellos grave, dejó el
enfrentamiento entre añorvistas y renejuaristas, ocurrido el jueves 17 de
septiembre cuando se realizaba el evento de campaña.
El acto se llevó a cabo en el Centro Social Lido. Desde las
10 de la mañana comenzaron a llegar los renejuaristas, un grupo de Tecpan de
Galeana mayoritariamente mujeres que se apoderaron de la entrada del recinto. A
las 2 de la tarde llegó la ex presidenta municipal de Tecpan Sandra Belkis
Ocampo encabezando un grupo de 100 personas. A esa hora ya había llegado el
primer camión de añorvistas, el vehículo fue estacionado y la gente se retiró
del lugar; eso hizo pensar a los renejuaristas, que los añorvistas ya habían
ocupado el centro por la parte de atrás.
A las 2 de la tarde con 26 minutos, los renejuaristas
quisieron derribar el portón del centro social, y cuando estaba a punto de ser derrumbado,
alguien dio la orden de que fuera abierto y entonces los renejuaristas entraron
a las 2:35 de la tarde y encontraron el recinto vacío.
Inmediatamente se acomodaron en el centro del recinto y
comenzaron a ensayar sus porras. De ahí fueron llegando los diferentes
contingentes. Llegó el primer grupo de añorvistas en su mayoría de otros
municipios y comenzaron a corear, “Sí se puede, sí se puede” y los
renejuaristas que contestaban “No se puede, no se puede”.
Tecpanecas como Manola Ojeda imitaban poses de torero,
frente a los añorvistas, con un cartel de René Juárez. En un principio los
añorvistas se habían puesto en ambos extremos, dejando a los renejuaristas en
el centro, pero después se quitaron y se colocaron al externo izquierdo con
relación a la entrada.
En la colocación de los contingentes. Sandra Belkis con una
vara en la mano llamaba a su gente, y la llevaba al extremo derecho; así se
fueron ubicando hasta llenar el recinto, con los pocos simpatizantes de los
otros cinco precandidatos al centro del local.
Los renejuaristas se identificaban porque se habían pintado
el rostro con los colores de la bandera que aún monopoliza el PRI y el nombre
de René. Cuando llegaron los precandidatos entraron por la puerta trasera, e
inmediatamente se colocaron en los lugares que se les había señalado. El centro
social estaba para reventar. Las porras careaban a su candidato favorito, y
eran más fuertes las de René y luego las de Añorve.
El que conducía el programa, por micrófono llamó la atención
a Sandra Belkis que se había subido a una mesa desde donde azuzaba a los
renejuaristas. El de la voz dijo: “Por favor compañera Sandra, te suplicamos
por favor, no hagan señalamientos personales”.
Después de que se hizo la insaculación para el orden de los
oradores el primero en hablar fue René Juárez Cisneros. Sus seguidores le
gritaban “Duro, duro”, y los añorvistas gritaban “Fuera, fuera”. El moderador
volvió a decir: “Por favor compañera Sandra”. René Juárez dijo que con ese acto
concluía la jornada, pero otra vez las porras interrumpen “¡Añorve, Añorve!”.
Juárez Cisneros continúa para agregar que su único compromiso era con la unidad
del partido, y por ello se debía dejar
atrás el rencor, el odio y la amargura para dejar paso a la unidad, “porque sólo
un PRI unido y fuerte va a ser capaz de derrotar a la oposición”, y que el 20
de septiembre se tenía una cita con el futuro de Guerrero.
Siguió Miguel Osorio Marbán quien indicó que a los 13 años
ingresó al PRI; que ha sido muy difícil instaurar la democracia en su partido,
pero que en la manera que vayan siendo autocríticos, estarían construyendo la
democracia. Y cuando señaló que él no ha
hecho campaña ostentosa, ni ha dado despensas o pacas de lámina de cartón, fue
interrumpido por las porras que coreaban “Añorve, Añorve”. Pero Osorio Marbán
continuó: “Ayúdennos a construir un nuevo partido es muy endeble la democracia,
que hoy en día no haya dedazo”, y que lo vuelve a interrumpir la porra de
“Añorve. Añorve” a la que siguieron los gritos por “René, René”.
Continuó Porfirio Camarena Castro, dijo que por encima de
todo eran priistas y que debían buscar la absoluta unidad, para triunfar en
febrero. Y otra vez las porras a favor de Añorve y René. Sigue Camarena: “Lo
que va a contar es su voto el 20 de septiembre”, e interrumpen las porras:
René, Añorve, René, Añorve.
René Juárez y Manuel Añorve dejaron sus lugares para hacer
señas a sus seguidores como queriendo calmar los ánimos. Ya que pudo seguir su
discurso, Camarena manifestó: “Necesitamos que el PRI siga en el poder porque
de esa manera vamos a darles más prestaciones y salarios a los trabajadores”.
Pidió a los presentes un grito de júbilo por todos los
precandidatos pero la concurrencia sólo contestaba René, Añorve.
Antes de que participara Florencio Salazar Adame, -que fue
el siguiente en hablar- a un grupo de reporteros que estábamos atrás del
estrado, nos fueron a decir que había llegado un grupo encabezado por los
líderes de colonos y vendedores ambulantes de Acapulco Antonio Valdez Andrade,
Dalia Serna y Magda Adame, quienes traían un megáfono, banderas amarillas y
verdes y que eran los que hacían el mayor escándalo en la porra de Añorve.
Florencio Salazar Adame dijo de entrada que “los pueblos
tienen los gobiernos que se merecen”, y abajo se escuchó con fuerza “¡Añorve,
Añorve!”, la porra del alcalde sustituto y con licencia de Acapulco era la
única porra que tenía dos megáfonos.
Por eso, aunque hacían lo suyo, los gritos de los porristas
de René se escuchaban con menos fuerza. A esas alturas los pequeños grupos que
formaban las porras de apoyo a Florencio, Camarena y Guadalupe Gómez Maganda ya
se habían ubicado en medio de los grupos mayoritarios que eran los que apoyaban
a René y Añorve.
Florencio Salazar continúa explicando que el pueblo de Guerrero
tiene derecho a pensar, tiene que conocer los proyectos, y como si quisiera
lanzar un retrato hablado dijo: “Cuando el pueblo se niega a escuchar no se
sorprendan si mañana Guerrero tiene un gobierno de demagogos”. Dijo que la
decisión del domingo 20 de septiembre tenía que ver con el futuro del estado y
lo que se quería para nuestros hijos.
Y ante lo que veía y escuchaba, levantó la voz en el
sentido real y figurado: “Me niego a creer que estoy ante una chusma incapaz de
reflexionar”, y que se suelta la rechifla y los abucheos. Aun así continúo
Florencio: “Es muy sencillo no hablar con la verdad y manipular a la gente,
todos tenemos que ser responsables de lo que vamos a decidir el 20 de
septiembre, piensen en Guerrero, voten por Guerrero, elijan el futuro de
Guerrero, Adiós, el que sigue”.
Es el turno de la senadora Guadalupe Gómez Maganda quien
primero se refirió a los 500 años de la ciudad de Atoyac, que ha sido escenario
de luchas históricas de México. Luchas por la democracia, y mencionó entonces
su Arenal de Gómez, donde inició la revolución. Dijo que después del 20 de
septiembre el único triunfador debía ser el PRI y que la política del PRI es la
negación de la violencia. Rechazó la violencia, porque a los guerrerenses no
les gusta la violencia.
Que su compromiso era un gobierno sin autoritarismo, que
respete los derechos humanos, un gobierno que ayude a los campesinos y a las
mujeres, y que por encima de cualquier aspiración personal esté el partido.
Luego habló Carlos Javier Vega Memije, “los guerrerenses ya
no quieren más promesas, quiere propuestas muy concretas que puedan sacar a
Guerrero del último lugar”, dijo y ofreció que de resultar electo gobernador la
población tendría derecho a seleccionar su autoridad, que en Guerrero debe de
prevalecer la decisión de la comunidad. Prometió un gobierno de todos los
ciudadanos.
Le tocaba su turno a Manuel Añorve. El precandidato se
dirigió al micrófono pero las porras no lo dejaron hablar; se escuchaban
rechiflas y los renejuaristas señalaban con el dedo índice en lo alto a Añorve.
René dejó su lugar para hacer señas y tratar de calmar a su porra, que era
mayoría en el recinto.
En ese momento tiraron a Sandra Belkis de la mesa donde se
encontraba, cayó de espaldas y la gente comenzó a correr. Al ver eso el
diputado Florencio Salazar Adame fue el primero en salir, y en eso se soltaron
los garrotazos. La mesa sobre la que arengaba Sandra Belkis mientras hablaba
Añorve –“No se puede, no se puede”, gritaba- fue desbaratada para usar la
madera como arma. Personas que traían banderines color verde y amarillo con el
nombre de Añorve se lanzaron contra los que traían pintada la cara con los
colores patrios y la palabra “René”. La dispersión fue total, muchos asistentes
al acto no pararon de correr hasta dos cuadras de distancia. Algunas señoras
gritaban, “se están golpeando por favor llamen al gobierno”. Por la puerta que
se encontraba atrás del estrado salió Sandra Belkis.
Le preguntamos, entonces en el remolino que nos empujaba,
qué era lo que había pasado y contestó: “Son los del regidor Antonio Valdez
Andrade los que están golpeando”.
Una señora de Tecpan salió corriendo diciendo “le están
pegando a Sandra Belkis, no la dejen sola, le están pegando a Sandra”. También
por la puerta trasera fue sacada una jovencita, a quien al parecer todos le
pasamos por encima; no podía caminar, y el doctor Felipe Abarca Herrera, que
era el presidente municipal de Tecpan de Galeana, decía “por aquí está una
clínica, tráiganla por aquí”.
En eso salió Israel Nogueda Otero, quien en breve
entrevista -en la cual los que más hablaron fueron sus ayudantes- dijo que no
se podía culpar a nadie, que lo que había pasado es que se caldearon los
ánimos, pero que en las elecciones del 20 de septiembre iban a garantizar la
tranquilidad.
Ya para entonces los añorvistas se habían apoderado del
recinto, mientras los renejuaristas recogían a sus heridos y se los llevaban al
hospital general de Atoyac. Los añorvistas se quedaron, gritando “Sí se puede,
Añorve, sí se puede, Añorve”, y ondeaban sus banderines amarillos y verdes, y
en señal de triunfo levantaban los brazos, y con los dedos hacían la V de la
victoria. La levantó varias veces Antonio Valdez y se vio también levantarla a
Manuel Añorve, quien sonreía. Cerca estaba José Luis Juárez, El Poklay, y el síndico Elías Salomón
Radilla celebrando la “chinguiza”.
El último precandidato en salir fue precisamente Manuel
Añorve, quien fue protegido por un grupo de sus seguidores, él también abandonó
el lugar por la puerta trasera, la cual en un momento fue custodiada por varios
individuos con radio pero a la hora del enfrentamiento desparecieron. Los policías
municipales que estaban vestidos de civil, que se vieron al principio del acto,
también brillaron por su ausencia.
El último líder que abandonó el recinto fue Antonio Valdez
Andrade, envuelta su voluminosa figura en una guayabera; iba acompañado de
varios de los que participaron en el enfrentamiento, entre ellos un herido de
la cabeza, que después supimos se llamaba Javier.
Según testimonios de los que estuvieron exactamente en el
lugar donde se iniciaron los golpes, dijeron que se inició el enfrentamiento en
el momento en que Rosendo Rodríguez Serralde quien todavía fungía como jefe de
asesores de la presidencia municipal de Acapulco, -porque no había evidencias
de que hubiera renunciado- se lanzó contra Sandra Belkis para bajarla de la
mesa donde se encontraba, azuzando a los seguidores de René para que no dejaran
hablar a Manuel Añorve. Ahí inició todo, serían la 6: 15 de la tarde.