Víctor
Cardona Galindo
En
1987 ingresé a la preparatoria número 22 de Atoyac, ese mismo año asistí a un
encuentro de estudiantes en Chilpancingo, en el auditorio Juan R. Escudero de
la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), me llamó la atención un grupo de jovencitas
a las que identificaban como Las Viquis,
después supe que eran residentes de la casa de estudiantes femenil Victoria
Hernández Brito.
Era el
periodo de Ramón Reyes Carreto, en las marchas que realizamos por exigir subsidio
para la universidad, también se pidió la presentación de los desaparecidos
políticos universitarios entre ellos Carlos Días Frías y Victoria Hernández
Brito, los compañeros únicamente me informaron fueron desaparecidos por la
Policía Judicial del Estado en el sexenio negro de Rubén Figueroa Figueroa.
Siendo
colaborador de la Comisión de la Verdad del estado de Guerrero me volví a topar
con el tema, algunos compañeros compartieron conmigo datos sobre Victoria
Hernández Brito, hurgando en el Archivo General de la Nación se encontraron
algunas fichas sobre el tema y particularmente me llamó mucho la atención que
su desaparición esté relacionada a otras de campesinos originarios de la sierra
del municipio de Atoyac.
Victoria
fue desaparecida el 11 de noviembre de 1976. Era dirigente estudiantil de la
Escuela Superior de Agricultura (ESA), localizada en Tuxpan, municipio de
Iguala, en el periodo en que el gobernador Rubén Figueroa Figueroa despojó a la
Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) de las instalaciones de ese centro
educativo y decretó su desaparición. Victoria junto con la mayoría de sus
compañeros, no dejó de luchar por la vía jurídica y política para obligar al
gobernador a restituir el inmueble.
Un día
antes de su secuestro, asistió a un mitin afuera de la Secretaría de
Gobernación y de las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia en la Ciudad
de México para exigir la devolución de su escuela. Al regresar a Iguala notó
que personas no identificadas la seguían a distancia.
Al
amanecer del día 11, un grupo de agentes policiacos comandados por Mario Arturo
Acosta Chaparro irrumpió con lujo de violencia en su domicilio, ubicado en la
calle Ignacio López Rayón número 24, en Iguala. Golpearon a sus padres y a sus
hermanas y después de voltear las camas al revés con el pretexto de buscar
armas, se la llevaron con rumbo desconocido. Se dice que fueron 15 individuos
armados quienes la subieron a la fuerza a un vehículo Volkswagen tipo combi,
con placas del Distrito Federal, todavía con ropa de dormir. Se la llevaron a
las instalaciones de la ESA, donde la torturaron y ahí se le perdió el rastro.
Lorenzo Roldán Montes, Simitrio, fue
quien guió a los judiciales para que la detuvieran. Ese día también se llevaron
a su sobrina María, pero luego la soltaron.
Resultó
que en octubre de 1976 secuestraron a Enrique Pineda Cuevas, un rico
comerciante de Iguala, hecho que fue aprovechado por el gobierno de Rubén
Figueroa para reprimir a los activistas de la ESA. A Victoria la implicaron con
este secuestro y con el Comando Armado Revolucionario 10 de Junio.
Victoria
Hernández Brito cuyo verdadero nombre era Victoria Fernández Brito fue una de
las fundadoras de la Central de Estudiantes Igualtecos. Desde que ingresó a la
Escuela Superior de Agricultura (1970), participó activamente en la lucha por
la democratización de la escuela y por conseguir un local propio. Ya como
pasante ocurrió el despojo de las instalaciones de la ESA. Por eso fue una de
las promotoras del Comité de Lucha de la escuela, el cual encabezó las luchas y
movilizaciones, y formó parte de las comisiones que exigían al gobierno la
devolución de las instalaciones.
Después
de la muerte de Lucio Cabañas, hubo una etapa de recomposición de fuerzas de la
Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y del Partido de los Pobres.
La directriz fue dedicar mayor atención al movimiento universitario y sus
integrantes se propusieron promover lo político-legal. En ese contexto viejos
cuadros de la ACNR entraron en comunicación con estudiantes como Victoria
Hernández Brito.
El 31
de octubre de 1976 el Comando Armado Revolucionario 10 de Junio, resultado de
una alianza transitoria entre el Partido de los
Pobres y la ACNR, secuestró al empresario Enrique Pineda Cuevas. De acuerdo con
los datos que manejaba el gobierno, el grupo estaba dirigido por Arturo, e integrado por Lorenzo Gervasio
Morales, Fernando, Salvador, Raúl Gregorio Hernández Brito,
Alberto Salgado Antúnez, Carlos Alberto Benavides
Alcocer y Victoria Hernández Brito.
En el
momento del pago del rescate, agentes de la Policía Judicial del Estado y de la
Dirección Federal de Seguridad detuvieron a Lorenzo
Roldán Montes, quien durante las torturas
proporcionó datos para lograr la localización del plagiado Enrique Pineda
Cuevas, quien fue rescatado a las 12 horas del mismo día. En ese mismo lugar
detuvieron al joven estudiante Crispín Hernández,
militante de la ACNR que se encontraba cuidando al secuestrado en Xalitla.
Lorenzo Roldán entregó a todos los miembros de su célula (los
hermanos Juan y Margarito Castillo Iturio, Ramón Iturio Fierro,
la esposa de Miguel Castillo Iturio y Jeremías Cabañas Serafín), así como la casa de seguridad donde se encontraban reunidos.
Como resultado de los operativos posteriores al secuestro, la
Policía Judicial y la Dirección Federal de Seguridad, comandadas por Mario
Arturo Acosta Chaparro, detuvieron-desaparecieron en noviembre de 1976 a
Victoria Hernández Brito el día 11: a Crispín Hernández, el 13; a Rafael Castro
Hernández, miembro de la Dirección Nacional del Partido de los Pobres, el 18; a
Humberto Cabañas Alvarado y Margarito Castillo Iturio, militantes del Comando
Armado Revolucionario 10 de Junio y del Partido de los Pobres en la capital del
país, el día 19; a Carlos Alberto Benavides Alcocer, el día 20; a Juan Castillo
Iturio, militante de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los
Pobres, el día 22, también en la Ciudad de México; y a Ramón Iturio Fierro,
militante del Partido de los Pobres, el 28 de noviembre de 1976. Los Cabañas e
Iturio había dejado la sierra de Atoyac después de la muerte de Lucio Cabañas
porque el gobierno había centrado la persecución contra la familia del
guerrillero atoyaquense.
Los siguientes meses no dejaron de caer militantes y casas de
seguridad del Partido de los Pobres. Lorenzo Roldán Montes fue presentado y
consignado.
El 19 de diciembre de 1976, Lorenzo Roldán informó en su
declaración que el grupo del que él formaba parte lo dirigía Francisco Fierro
Loza y estaba constituido, por El Chile,
(Manuel), Jorge, Luis o Russel, Norma María, Pedro (Arturo, que es profesor y se sabe que perteneció a la gente
de Genaro Vásquez), Polanco (Raúl), Rafael (Hipólito), La Tecla y El Zarco
(Gilberto).
En esa misma declaración, Roldán dice que el Comando Armado
Revolucionario 10 de Junio está constituido por Alfonso (Raúl Gregorio Hernández Brito); Catalino, que piensa que está detenido; El Cejas Blancas (Salvador), encargado de asesinar a Élfego Coronel;
Dante o José Manuel (Arturo) quien dirige este comando; Elizabeth (Victoria Hernández Brito); Martín, Mauro (Alberto Salgado Antúnez); Norma, Raúl o El Norteño; Rubén (Lorenzo Gervasio Morales), ex miembro de la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento; y El Topo
(Fernando). Además, declara que existe otra célula reclutada por Fierro
Loza, formada por los profesores Eloy
Cisneros Guillén, director de la Preparatoria 5 de Acapulco; Juan Báez Sánchez
y Juan Alfredo Martínez Hernández.
Victoria
Hernández Brito, en realidad se apellida Fernández Brito, es hermana de Gregorio
Fernández Brito. Le pusieron Hernández por un error del agente del registro
civil. Gregorio también fue víctima reiterada de la tortura y la desaparición
forzada. Estuvo recluido en el Campo Militar Número Uno, sujeto a una tortura
cruel. Los Fernández Brito son originarios de Huixtac,
municipio de Taxco de Alarcón.
Tanto
Gregorio como Victoria dejaron su pueblo natal y emigraron a Iguala, donde
hacían trabajos de costura. Desde principios de los sesenta entraron en
comunicación con la Asociación Cívica Guerrerense que dirigía Genaro Vázquez
Rojas. Los talleres de costura los tenían en la misma casa en la que vivían.
Ese oficio era ejercido por el también desaparecido Elpidio Ocampo Mancilla.
Los del equipo de trabajo de sastrería eran cívicos. Iguala fue una de las
ciudades con más presencia de los cívicos; es ahí donde Victoria y su hermano
entablan contacto político con Genaro Vázquez y Elpidio Ocampo. Desde muy
jóvenes simpatizan con la lucha social.
El
maestro Arturo Miranda conoció a Victoria cuando ella era una jovencita, pero
tuvieron una relación más cercana cuando ingresó como estudiante a la ESA. A
partir del golpe que el gobierno de Figueroa Figueroa le dio a la Universidad
con la desaparición de la Escuela Superior de Agricultura, empezaron a destacar
varios estudiantes jóvenes, entre ellos Victoria Hernández Brito, quien se
convirtió en un blanco de ataque por su firmeza en la lucha. Por eso ahora la
Escuela Superior de Agricultura lleva su nombre.
Victoria
es hija de Roberto Fernández Hernández y Agueda Brito Arizmendi. Nació el 6 de
marzo 1951 en Huixtac, Taxco. Estudió la primaria en la escuela Mártires del 27
de Octubre en su pueblo natal, y la secundaria en la escuela Ignacio Manuel
Altamirano de Iguala; la preparatoria la hizo en la 24 de febrero incorporada a
la Secretaría de Educación Pública.
Su
familia la integraban nueve hermanos, seis mujeres y tres hombres. Hasta el año
2013 vivían dos de ellos: Teófila y Gregorio Fernández, el quinto de los
hermanos. Juan, Daniel, Claudia, Paulina, Heriberta y Margarita Fernández ya
murieron. Victoria es la menor de todos los hermanos. Su padre cultivó la
tierra, trabajó de albañil en una compañía minera. De todos los hijos, la única
que estudió fue Victoria.
De
pequeña fue una niña tranquila. Con sus hermanos hacía las labores de la casa y
todos iban a la escuela. Sus hermanos se quedaron en la primaria y ella
continúo. “Después nos trasladamos a Iguala, en 1963 o 1964, y ella continúo
sus estudios ahí. Estudió secundaria, la preparatoria, la profesional”, dice
Gregorio Fernández, quien fue entrevistado por Hannia Bermúdez.
Sus
primeros hermanos murieron muy pequeños. Los que quedaron se fueron a Iguala.
“Mi hermana Teófila, Victoria, Margarita y yo. Pero Margarita se fue a un
convento en México. Victoria era alegre, amigable, muy sociable; le gustaba
mucho el estudio, tenía mucho interés en superarse, incluso nos pidió nuestra
opinión para que nosotros dijéramos qué estudios podía continuar, en qué seguía
estudiando y se acababa de fundar la Escuela Superior (de Agricultura); puedes
de ahí, tú puedes seguir trabajando con los campesinos, de mejorar, de apoyar a
los campesinos”, dice Gregorio.
Muy
buena y muy inquieta en los problemas del campo y de los campesinos. Estaba a
punto de terminar sus estudios de agricultura. “Ya después que la
desaparecieron nos entregaron el anillo de graduación, ya estaba pues por
terminar. Tuvo novios, pero nunca vivió con nadie”. Vivía con sus padres. Se
dedicaba a sus estudios y los fines de semana, y en vacaciones, visitaba a los
campesinos que asesoraba. Era católica como toda su familia.
Conoció
a Genaro cuando estaba en la prepa y platicó con él. Ella se informaba sobre
las cosas que sucedían en el estado y se organizó con los estudiantes de su
escuela, pero no participó activamente en ningún partido, su hermano dice que
tampoco en la guerrilla. En la escuela formaba parte de la Federación de
Estudiantes.
Cuando
la detuvieron, los policías se llevaron mucha información de la casa donde
vivía con sus padres. Se llevaron todos sus documentos. A la familia no le
quedó nada.
Yo Juan Garcia Garcia soy la prueba de que a Genaro Vazquez lo mataron de un culataso demauser en la caveza lo soñe en 1999 en Dias Ordaz Tamaulipas, y cuando era niño tenia mucho sueño y era un niño muy triste
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