Víctor Cardona Galindo
Raúl Román
Román en su libro Corazón costeño.
Memorias de la Costa Grande dice: “El municipio y la ciudad cabecera de
Atoyac de Álvarez es una geoorganización de páginas encendidas, de rebeldía y
amor a la tierra, de radicalidad y oposición permanente a todo lo que sea
oficialidad injusta, una persistencia denodada hacia las mejoras comunitarias, la
búsqueda de justicia social y un documento permanentemente humano que estremece
a la sociedad mundial, pues su gente lleva la conciencia y la sensibilidad
social a flor de piel, en su afán decidido de que el juicio de la historia se
cierre con justicia y equidad”.
Hay mucha razón en lo anterior, pues el pueblo de
Atoyac no es dejado y ha escrito páginas gloriosas a los largo de su historia.
Pero hoy hablaremos del Ayuntamiento, que es la caja de resonancia de todos los
problemas sociales que aquejan a nuestra matria.
Las instalaciones que ocupa actualmente el
Ayuntamiento de Atoyac, fueron el cuartel, hasta 1994, del 49 Batallón de
Infantería que mudó su sede a Petatlán y después a La Paz Baja California.
Entonces el edificio quedó en manos de la Procuraduría del Estado, que instaló ahí
el primero de enero de 1995 un Colegio de Policía,
mismo que cerró sus puertas el 15 de agosto del 2005. “El colegio de ratas” le decía la gente. Por cierto,
miembros de la primera generación de agentes judiciales egresados de ese
colegio, masacraron a un grupo de campesinos en Cacalutla cuando
se dirigían a sus parcelas. Fue el jueves 27 de noviembre de 1997 a las seis y
media de la mañana, cuando cinco campesinos fueron emboscados por los agentes a
unos 500 metros
de la comunidad.
En esa
acción resultaron muertos Sabás Gómez Mauno de 58 años de edad y Ernesto
Guatemala Vázquez de 12 años; y heridos José Ignacio Guatemala Morales de 49
años y su hijo Roberto Guatemala Vázquez de 18 años, y fue detenido Antonio
Guatemala Vázquez de 25 años. Triste mañana aquella.
En el 2005 el gobierno del estado entregó las
instalaciones al pueblo de Atoyac y el 2006 se transfirió la sede del Cabildo
para ese lugar. Ahora funcionan ahí las oficinas de los regidores, la
comandancia de la policía, la dirección de obras públicas, oficinas federales
de prospera, la Unidad de Violencia Intrafamiliar y Prevención de Delito. Está
también la sindicatura, el Archivo, tesorería, el departamento de Desarrollo
Rural. En el mismo lugar está un cuartel sectorial de la Policía del Estado, la
comandancia de la Policía Judicial y la casa de Día del Adulto Mayor.
Mientras en el Centro en el viejo Palacio Municipal
funcionan: la Dirección del DIF, la Presidencia Municipal, El registro Civil,
el departamento de Catastro, Tránsito Municipal, una caja de la tesorería y
algunos espacios están prestados a Telégrafos y Telecom.
El Ayuntamiento se fundó en el centro de la Ciudad. Al
principio su sede fue conocida como Casa Consistorial que según internet viene del latín
tardío consistorium, que quiere decir “lugar de reunión”, después
se le conoció como Palacio Municipal y fue una casa de arquitectura
tradicional. Su techo era de tejas con corredor y cocina. Durante las
administraciones que siguieron al primer alcalde Antonio Ayerdi construyeron la
oficina del Juez Menor, la alcaldía y la cárcel, porque en un principio a los
presos se les tenía encadenados debajo de los árboles de mango que circundaban
la plaza principal. El alcalde Pedro Parra Mesino construyó la primera cárcel a
la que bautizó con el nombre de El Cielito Azul porque no tenía techo.
En 1954 con el presidente
Ceferino Nogueda Pinzón, se comenzó a construir el Palacio Municipal de
concreto y azotea en los terrenos que ocupó el cine Ana María. En 1956 cuando
fue presidente municipal el doctor Segundo de la Concha, se construyeron las
oficinas de la presidencia, secretaría, sindicatura y tesorería municipal. Los
primeros escritorios metálicos los adquirió en 1958 el alcalde José Urioste
García.
En el periodo del doctor
Silvestre Hernández Fierro se compró la casa a Manuel
Radilla Mauleón para edificar en ese sitio el nuevo palacio municipal y, el 5
de agosto de 1974, se colocó la primera piedra del nuevo edificio, pero fue en
el periodo de Bertoldo Cabañas Ocampo 1975-1977, cuando se realizó la
construcción con el apoyo del gobierno del estado y federal. Se inauguró el 20
de mayo de 1976.
Durante el periodo de María
de la Luz Núñez Ramos se construyó la otra parte del edificio de lo que ahora
es el DIF municipal, en la parte baja se colocaron las oficinas de obras
públicas y la comandancia de la policía y en la parta alta la sala de
regidores, esa parte ahora es una bodega y se imparten talleres de manualidades.
El 2006 con la llegada de Pedro
Brito García a la presidencia se llevó el Ayuntamiento a las instalaciones que
fueron del 49 Batallón de Infantería, donde funcionan actualmente la mayoría de
las oficinas administrativas y bautizó el lugar como “Ciudad de los Servicios”
porque se pretendía que todas las oficinas de los tres niveles de gobierno se
ubicaran en se lugar.
El municipio como unidad administrativa
La
Costa Grande en el México prehispánico se llamó Cuitlatecapan, luego de
1498-1522 fue la provincia tributaria de los aztecas conocida como Cihuatlán y
tenía su cabecera en San Luis la Loma. Con la llegada de los españoles a partir
de 1580 se convirtió en la Provincia de Zacatula. Luego fue el Partido de
Zacatula y posteriormente, en 1786, se denominó Partido de Tecpan y dependía de
la Intendencia de México.
Después de la primera incursión de
Ejército Insurgente, el caudillo José María Morelos y Pavón, decretó el 18 de
abril de 1811, la creación de la Primera Provincia Libre de América y erigió a
Tecpan como ciudad con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe Tecpan, esta
provincia abarcada prácticamente lo que ahora es todo el estado de Guerrero.
El decreto constitucional para la Libertad
de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1814,
dividió el territorio nacional en 17 provincias, dentro de las cuales figuraba
la Provincia de Tecpan.
Para 1821 Agustín
de Iturbide creó la Capitanía General del Sur y a ella quedaron sujetos los
pueblos de la Costa Grande. Al
convertirse en república federal, en 1824, México estaba dividido por 20
estados y tres territorios. Durante la vigencia del centralismo, los estados mudaron
su nombre por el de Departamentos. Por eso el 10 de octubre de 1841, un
manifiesto firmado en Chilpancingo por Nicolás Bravo y Juan Álvarez planteó al
congreso nacional el deseo de crear el departamento de Acapulco. Ocho años
después, el 27 de octubre de 1849, se creó el estado de Guerrero con
territorios de los estados de México, Michoacán y Puebla.
Al formarse el estado de Guerrero, la
Costa Grande sólo tenía dos municipios, Tecpan y Zacatula. Por eso el municipio
de Atoyac fue creado en diciembre de 1863 con la parte oriental del municipio
de Tecpan, para comenzar su funcionamiento en 1864 y su primer presidente fue el
coronel liberal Antonio Ayerdi gente muy cercana al general Juan Álvarez.
El cronista Wilfrido Fierro Armenta
dice en su Monografía de Atoyac que
se erige nuestro municipio con el nombre de Atoyac con una extensión de mil 860
kilómetros cuadrados. “Se establece en ese año el Juzgado del Registro Civil,
don Cesáreo Ortega tiene a su cargo, la oficina. La primera acta de nacimiento
que registró fue la del niño Herculano Galeana, de San Jerónimo el Grande,
descendiente del héroe don Hermenegildo Galeana”.
La
población de Atoyac fue elevada a categoría de ciudad, el 24 de junio de 1872 y
le fue agregado apellido de Álvarez en honor al general Juan Álvarez, mediante
el decreto número 60 emitido por el Congreso del Estado, ese mismo día fue
elevada a categoría de ciudad Coyuca de Benítez.
Y el 17 de enero de 1934, mediante el
decreto número 46, fue creado San Jerónimo de Juárez con la porción sur del municipio
de Atoyac. Comenta Raúl Román Román una vez que fue erigido el municipio
de San Jerónimo, “se le segregaron 165 kilómetros cuadrados que incluían las
poblaciones de interés geográfico, pero sobre todo sus playas y los litorales,
lo que mermó el ánimo comunitario atoyaquense en contraparte con la algarabía
sanjeronimense, pero que a fin de cuentas siguen siendo de la misma gente y las
mismas familias”.
Atoyac
ha tenido 119 presidentes municipales. Desde 1864 a 1934 el periodo fue de un
año. De 1935 a 1956, de dos años y a partir de 1957 a la fecha es de tres años,
con excepción del periodo de 1989 a 1993, que fue de cuatro años por una
reforma del gobernador José Francisco Ruíz Massieu y el periodo del alcalde Carlos
Armando Bello Gómez que fue de tres años nueve meses.
Todos
los años en febrero se cambian los delegados municipales de 56 colonias, 26 de
ellas se encuentran en diferentes ejidos del municipio y 30 en la cabecera municipal.
Cada 3 años, se eligen por planillas los 80 comisarios municipales.
El municipio se rige por la Ley
Orgánica del Municipio Libre y el Bando de Policía y Buen Gobierno. Así como por
los reglamentos que el Cabildo municipal aprueba para el mejor funcionamiento
de la administración.
Desde
1989 a la fecha militantes de diversos
partidos políticos han formado parte del Ayuntamiento, solamente miembros del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD)
han ocupado la presidencia municipal, pero los regidores han sido de los muy variados institutos políticos
que coexisten esta demarcación territorial.
En la actualidad el Ayuntamiento
está integrado por miembros de diferentes partidos políticos. El presidente es
Dámaso Pérez Organes (PRI), la síndica procuradora Esmeralda Fonseca Sotelo
(PRI). Los regidores son: Simón Pino Ríos (PRI) María
Midelvia Fierro Nogueda (PRI), Antonio Covarrubias Rivera (PVEM), Dora Osmayra
Nava Santos (Morena), Gabino Hernández Radilla (Morena), Jesús Enrique Quiñones
Salinas (PRD), María Yolanda Montes Ortiz (PRD), Carlos Mesino Mesino (MC). Todos ellos forman el cuerpo
edilicio, por eso también se les llama ediles y cuando se reúnen toman decisiones
colegiadas.
El escudo municipal
El 8 de noviembre de 1992 se creó el
escudo municipal de Atoyac, mediante un concurso convocado por el Instituto
Guerrerense de la Cultura y el Ayuntamiento. De los trabajos presentados
ninguno reunió los requisitos, así que tomaron los elementos de los dos mejores
trabajos presentados por Juan José Alvarado Lezma y José Hernández Meza para
formar el colorido escudo que ahora luce el municipio. Cada que inicia un nuevo
periodo de gobierno el escudo sufre modificaciones provocando protestas de los
autores, pero los nuevos gobernantes quieren imprimirle su sello a la
administración y comienzan imponiendo cambios que van desde mutilaciones al
escudo o le agregan slogans y colores.
Antes de la creación del escudo la ciudad
estaba representada por jeroglíficos, uno que tenía la ilustración de una
montaña o cerro donde brotaba un río y otro que ilustraba una casa en
construcción con un río a lado. Para muchos esas ilustraciones querían decir:
“los que vinieron de arriba del río o los que bajaron de la montaña”, en
referencia a que el origen de la ciudad de Atoyac estuvo en la comunidad de
Mexcaltepec.
Para el
diseño del escudo, fueron de vital importancia las investigaciones de doña
Juventina Galeana Santiago quien pasó muchos años de su vida indagando el
pasado prehispánico de Atoyac. Pero además en 1989, el presidente municipal
Alejandro Nogueda Ludwig la nombró gestora ante el INAH para investigar la
toponimia del pueblo. Luego en el gobierno del presidente municipal Evodio
Argüello de León coordinó el concurso para la elaboración del escudo municipal
que actualmente luce el Ayuntamiento.
En su conjunto el Escudo representa las tres épocas de la vida de
México: La prehispánica por el Glifo; la colonial por la torre de la Iglesia,
inicio de la religión católica en el país; y la moderna con la carretera.
Así
también en el escudo están representados todos los símbolos de Atoyac. El glifo
que representa el nombre de Atoyac: Atl: “agua” y Toyaui: “Esparcirse,
regarse o extenderse”. Lo que quiere decir, agua que se riega o se esparce. Sus
verdes montañas y sus afluentes de agua que vienen de la sierra, la fecha de 1498
que marca la llegada de los aztecas a este lugar. El sol que ilumina esta
tierra, los granos de café, la torre del campanario de la parroquia que
simboliza la espiritualidad del hombre. La carretera nacional que atraviesa el
municipio y nos une con el país. Pero sobre todo no podía faltar la frase del
general Juan Álvarez Hurtado que dice: “Pobre entré a la presidencia y pobre
salgo de ella”.