sábado, 13 de agosto de 2016

Guerrilleros XIX


Víctor Cardona Galindo
A Lucio Cabañas lo llevaron a la fama las dos emboscadas que realizó en la carretera Atoyac-El Paraíso. A raíz de esas acciones la guerrilla dejó de ser un asunto local y se proyectó a nivel nacional. La primera emboscada, de la que ya hemos hablado, fue en junio y la otra dos meses después, el 23 de agosto de 1972 en el arroyo Oscuro donde murieron 18 soldados del 48 Batallón de Infantería con sede en Cruz Grande Guerrero.
El joven Juvenal Cabañas del Valle fue acusado de encabezar
 la Comisión de Lucha del Partido de los Pobres en la Escuela
 Técnica Agropecuaria 174, de Río Santiago y fue encarcelado
 al ser señalado como participante en la emboscada en contra
 del Ejército el 25 de junio de 1972, cargo del que era 
totalmente inocente. Foto anexo fotográfico de la Comverdad

Para el gobierno federal Lucio era solamente era un vulgar bandido. “Un criminal, un pandillero”, lo llamó el secretario de la Defensa Nacional general Hermenegildo Cuenca Díaz. “Alguien que trabaja para intereses muy oscuros, que trata de incitar tendencias regresivas y conservadoras”, diría el presidente Echeverría. “El líder más importante de la oposición armada mexicana”, apuntaría en 1972 el Departamento de Estado estadounidense, de acuerdo a los datos aportados por la investigadora Kate Doyle en su artículo “La guerra sucia vista desde Washington” publicado en la revista Proceso en 2003.
Y siguiendo la secuencia de los acontecimientos. El 30 de junio de 1972 durante el evento de clausura de cursos el Ejército rodeó la Escuela Tecnológica Agropecuaria número 174 (ETA-174) de Río Santiago. Los militares llegaron cortando cartucho a un acto en el que participaba el presidente municipal Silvestre Hernández Fierro. Para entonces estaba en calidad de desaparecido el estudiante Juvenal Cabañas del Valle primo de Lucio quien fue detenido en San Vicente de Benítez. A partir de ese día los maestros y trabajadores abandonaron el plantel, los animales y siembras que atendían quedaron descuidados por temor a la represión.
Una ficha del gobierno decía que “los profesores de la ETA-174 Juan Montes Peralta, Marco Antonio Salazar y Juan Javier Muñiz mantienen estrechas relaciones con Juvenal Cabañas del Valle, principal organizador del Partido de los Pobres en el plantel”.
Uno de los alumnos de esa escuela, Francisco Clavel Velázquez, bajo tortura declaró que fue reclutado para el Partido de los Pobres por Juvenal Cabañas, que al grupo también pertenecían Zacarías Cabañas Fierro, Hermógenes Castro Ríos, Lamberto Castillo Navarrete y 13 alumnos más. Que eran adoctrinados por Evaristo o Severo quien hablaba de la misión de Lucio Cabañas contra el gobierno de los ricos. Que las juntas se llevaban a cabo en los terrenos de la ETA-174 o en un recodo del río Santiago donde se bañaban.
El 31 de julio fue detenido en San Juan de las Flores, Hermógenes Castro Ríos, dice el reporte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) que cayó en un operativo del Ejército cuando iba rumbo a El Venado y confesó que desde hacía tiempo era bastimentero de Lucio Cabañas Barrientos.
Todavía no paraban las detenciones por la primera emboscada cuando se dio el nuevo ataque a las fuerzas armadas. El 23 de agosto de 1972 en el arroyo Oscuro, como a las 2 de la tarde fueron emboscados personal del 48 Batallón de Infantería. La versión de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento es que mataron a 18 soldados y apresaron a 20 que luego dejaron en libertad y que recogieron 40 armas de fuego. Se habla inicialmente que aquí murió el mayor Bardomiano Morales de la Vega. Para atender personalmente el caso se trasladó a este lugar el secretario de la Defensa Nacional el general Hermenegildo Cuenca Díaz quien reforzó la persecución a la guerrilla con la participación de cinco batallones: el 27, de Acapulco; 48 de Cruz Grande; 50 de Atoyac, el 32 de Chilpancingo y el 19 de Cuernavaca. También llegaron fusileros paracaidistas del Campo Militar Número 1.
La primera información pública que se tuvo de los hechos fue un comunicado presentado por la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) y publicado por El Universal, al día siguiente, con el título: “Encuentro entre militares y maleantes en Guerrero”, aun aquí la información oficial es errática.  
El texto dice: “Aproximadamente a las 14:00 horas del día 23 de agosto de 1972 tuvo lugar un encuentro entre elementos militares pertenecientes al 50º (48) Batallón de Infantería y un grupo de maleantes, a la altura de Río Santiago, en el camino que conduce de Atoyac de Álvarez  a San Vicente de Benítez, Gro. El personal militar se trasladaba a la población de San Vicente llevando una camioneta de víveres para la partida del 50º (48) Batallón destacado en esa población. En el encuentro resultaron muertos un jefe, un oficial y 5 individuos de tropa, resultando igualmente heridos varios soldados. Se desconoce hasta este momento el número de muertos y heridos por parte del grupo de bandoleros, los cuales huyen perseguidos por personal del 50º Batallón de Infantería. El secretario de la Defensa Nacional, general de división Hermenegildo Cuenca Díaz, salió este mismo día a la población de Atoyac de Álvarez, para personalmente dictar las medidas tendientes a normalizar la situación imperante en dicha región”.
La Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero encontró en el Archivo General de la Nación (AGN) en la galería 2, donde está el fondo de la SEDENA, una tarjeta informativa titulada “Para informar a la superioridad” firmada el 24 de agosto de 1972 por el teniente coronel de infantería Diplomado del Estado Mayor Luis Mario Vargas Amezcua. Es importantes destacar aquí este documento porque refleja lo que se pensaba en el instituto armado un día después de la segunda emboscada.
El teniente coronel consideraba que existía la necesidad de reorganizar las tropas “jurisdiccionadas” en la 27 Zona Militar con sede en Acapulco. “De un tiempo para atrás a la fecha, el estado de Guerrero ha confrontado numerosos problemas, por la actuación de grupos contrarios al Gobierno Federal, encabezados por Genaro Vázquez inicialmente y ahora por Lucio Cabañas”. Se ve que la Secretaría de la Defensa consideró que la situación se fue agravando en el momento en que las tropas del ejército fueron atacadas. También se hace un balance de “las actividades que el Ejército ha realizado, incluyendo numerosas campañas de labor social, no han dado el fruto deseado, porque la población civil, principalmente en el área de Atoyac de Álvarez, continúa con su actitud de descontento al gobierno y repudio al Ejército”.
“Actitud motivada por el bajo nivel de vida que confronta el abandono que sufren por parte del gobierno de la República”. Por otro lado, la manera en que se ha realizado la averiguación con respecto a los ataques en contra de los militares “y que han culminado con la aprehensión y consignación de personas de la región, han provocado antipatía hacia las fuerzas armadas, ya que con motivo de ellas se han recibido numerosas quejas por desmanes cometidos por las tropas; que mucha gente se ha visto en la necesidad de abandonar sus lugares de origen, así como de algunas desapariciones”.
En este informe, se considera que los grupos que atacaron a los militares o “cuentan con todo el apoyo voluntario o por temor o amenazas de la gente de la región [pues] no es creíble que nadie se dé cuenta de que un grupo numeroso de individuos armados se reúna o se desplace. Fácilmente los lugareños pueden identificar a quienes forman parte de su comunidad o a quienes no forman parte de ella”. Asimismo, no se descarta que los grupos armados tengan escondites, de tal manera, que facilite el movimiento en terrenos llenos de accidentes y densa de vegetación.  Por otro lado, el reabastecimiento de las tropas se hace difícil por las condiciones geográficas.
“Se encuentran en la región cubriendo numerosas Partidas y destacando Columnas Volates el 48º  y 50º Batallones de Infantería. Encontrándose, además proporcionado servicios en el límite del área elementos del 32º Batallón de Infantería”. Mientras tanto, el 50º Batallón de Infantería que está en la región problemática se halla con sus efectivos muy dispersos, “manteniendo incluso 3 partidas en el límite entre los estados de Guerrero y Michoacán. Esta situación ocasiona que la Unidad sólo cuente en plazo con 40 elementos disponibles, por lo que no existe forma de apoyo a sus fuerzas”.
A las conclusiones que se llegó en dicho documento fueron: que se impulse –en Atoyac– la economía de dicha región, “principalmente construyendo caminos, introducción se servicios públicos, establecimiento de clínicas, escuelas, pequeñas industrias, etc., con la finalidad de elevar el nivel de vida de los habitantes de la misma y borrar, en parte, el descontento y resentimiento hacia el gobierno y sus representantes”. Se recomienda que la comandancia de la Zona realicé un trabajo minucioso de investigación a fin de establecer qué partidas deben permanecer y cuáles retirarse. “Considerando que las que continúen, deberán hacerlo con efectivos por lo menos de una Sección (30 elementos), concentrar el resto a sus matrices y a fin de no dejar el área a merced de los maleantes, organizar Columnas Volantes”.
Se considera que el 19º Batallón de Infantería, con matriz en Cuernavaca, Morelos, debe cambiarse al puerto de Acapulco; el 48º Batallón de Infantería de Cruz Grande debe seguir en su área de lo contrario se dejaría sin fuerza militar en esa zona. Que el 27º Batallón de Infantería, instalado en Acapulco, debe establecerse en Petatlán, y el 50º “se haga cargo exclusivamente del área el Edén-Tepetixtla-Atoyac de Álvarez-Santo Domingo, Gro”.
En el documento se considera que, a pesar del ataque contra las fuerzas armadas, “las tropas continúan actuando con exceso de confianza, y que a sólo dos meses de haber sufrido una emboscada es de suponerse deben extremarse las medidas de seguridad. Han pasado varios años que el personal de la 27ª, 35ª, 9ª Zonas Miliares no concentran ninguna unidad para adiestramiento y maniobras”. De igual forma, se detectan problemas en el personal de nuevo ingreso pues “apenas si recibe un adiestramiento individual básico y lo mandan al desempeño de comisiones, Partidas y Columnas Volantes, lógicamente ese personal no está preparado, presentándose los problemas consecuentes”.
“Para algunos comandantes el mejor adiestramiento es la experiencia, empero, es indispensable que el personal se le proporcione conocimientos teóricos de desplazamiento individual, localización y designación de objetivos, empleo de ademanes y señales, guerrilla y contra-guerrilla, empleo táctico del armamento, tiro y sobre todo actuación del Pelotón, Sección y Compañía en el combate, por lo que se hace necesario un entrenamiento adecuado,  a fin de que aún en la situación difícil, el personal responda instintivamente a los ataques, ya que de conformidad con la información recibida los emboscados no hicieron nada para repelar la agresión”.
Como vemos, se le plantea al presidente de la República, Luis Echeverría, que es conveniente llevar un impulso económico a la zona, de tal manera que esto hará que disminuya el descontento y “sobre todo la ayuda de los regionales a quienes se oponen al gobierno con medios ilícitos”.
A raíz de los ataques contra miembros del Ejército, es necesario una “reorganización de sectores, subsectores, Partidas, Columnas Volantes y Destacamentos en la  jurisdicción de la 27ª Z. M. (Acapulco, Gro)” para hacer frente a cualquier amenaza. Se hizo el recuento de que en dicho ataque se perdieron un importante número de armamento. Por lo cual “el grupo o grupos de gavilleros autores de los atentados” han incrementado su poder debido a este equipo militar capturado. “Con base en lo anterior, constituyen una fuerte y poderosa amenaza, para cualquier unidad menor a tipo Batallón o Regimiento, aumentando sus posibilidades con el apoyo voluntario o por temor de los pobladores de la región de esa entidad, así como del conocimiento del terreno donde operan.”
Se destaca una de las recomendaciones. “Que el mando de la 27ª Z. M efectúe una reorganización de sectores, subsectores y partidas, a fin de responder a la situación actual. Que el despliegue de los batallones a su mando, responda a la posibilidad de ser empleados con el máximo de fuerzas, y a la mayor brevedad, en cualquier punto de su sector a donde urja su presencia. Que el 50º B.I. cubra exclusivamente el área-problema actual. Retire los servicios (de cualquier tipo) y las partidas que no sean de extrema necesidad, y las que continúen establecidas, sean de un efectivo mínimo de sección. Que la ubicación física de la Partida preferentemente sea en lugar cuya situación responda tácticamente a cualquier agresión (…) que todas las partidas dispongan de planes funcionales para hacer frente a fuerzas mayores en hombres y armamento (…) dispongan con el máximo de medios de transmisiones para efectos de información, enlace y apoyo”.

Más adelante veremos cómo se movió en los hechos en Ejército y seguiremos la ruta de la guerrilla.

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